Lo estoy tejiendo con suaves ramitas, con bellas plumas. Solo para ti.

Un espacio sagrado donde incubar tu libro, hasta que esté listo para entregarse al mundo.

Vamos a ir de viaje, pero estando muy quietecitos. Vamos de viaje hacia dentro.

Vamos a bucear en las profundidades del núcleo de los átomos.

Y ahí, dónde no hay palabras, vamos a escuchar lo que quiere nacer.

Tú y yo estamos al servicio. Nuestra labor es respetar la pureza de aquello que quiere hacerse carne.

Para eso es el nido. Para dejarnos cuidar, para atrevernos a nacer, para aprender a esperar, y a lanzarnos en el momento oportuno. Para mantenernos de una pieza en esos momentos de prisa y en esos momentos de miedo.

Todos tenemos miedo.

Nos da miedo nacer.

Y nos da miedo no nacer a tiempo.

Para eso es el nido. Para encontrar el ritmo de crecimiento natural y respetarlo. Y también para propiciar el vuelo cuando el pajarillo está listo, sin presiones, pero sin retenerlo más de la cuenta o exigirle lo que solo puede aprender volando.

¿Qué hacemos en El Nido?

Incubamos un libro. El que tú tienes dentro. 

Nos reunimos periódicamente para compartir el proceso. 

Conectamos, bajamos ideas, encontramos su orden y vamos revelando la forma del mensaje.

Vamos encontrando el mensaje y la forma que debe tomar.

Cada pajarillo elige dónde construir su nido. Todo autor elige dónde nace su libro.

¿Por qué elegir el Nido?

  • Amamos el proceso. No tenemos prisa, priorizamos la calidad sobre la velocidad. El foco está en profundizar más en tu propio mensaje y dejar que brille con más fuerza.
  • No eternizamos el proceso. No tenemos prisa pero tampoco nos quedamos durmiendo en los laureles. Establecemos plazos y los cumplimos.
  • Te hablo en plural porque serás parte del proceso. No me dirás “escribe mi libro” y no volveremos a saber uno del otro hasta que te lo entregue. Caminaremos juntos, cada uno aportando su parte para que el pajarillo vuele a la altura que se merece.

¿Qué te pido yo para hacerte un hueco en el Nido?

  • Amas la misión. Sabes que el mensaje es más grande que tú, y quieres ponerte al servicio para entregarlo.
  • Quieres involucrarte en el proceso de escritura. No tienes que escribir, pero sí aportar ideas, dar feedback, comprometerte con las citas y plazos que acordemos.
  • Confías en mí. Por lo que sea. Porque me conoces, porque te gusta lo que lees o simplemente porque la vida te dice que es aquí. Yo pondré todo mi amor para que tu libro sea la maravilla que está destinado a ser, y es necesario que tengas claro que así lo haré.

Claro que la confianza se construye andando, así que por algo hay que empezar.

¿Estás listo?